Descripción de la obra
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La exposición que sigue pretende someter los
presupuestos criminológicos de la Política criminal del presente a una
investigación conjunta y trazar un corte transversal por el actual estado de
nuestra ciencia. Quiere erigir sobre esta base empírica el edificio de una
lucha eficaz contra el delito. Para lograr este fin está precisamente a hacer
Criminología, y especialmente Psicología criminal. Lo que significa que debe
investigar el origen anímico del delito. Con tal afirmación aparece ligada una
serie de difíciles problemas de índole previa.
Ha de tenerse en cuenta que la psicología criminal
es una parte de la Biología criminal. Verdad es que, con arreglo a su propio
concepto, la psicología criminal se dirige a la investigación de procesos
anímicos en el delincuente. Pero la investigación contemporánea de la vida
anímica del ser humano nos enseña que esta última está en constante dependencia
de los procesos corporales. Aparece en todas partes ligada a procesos somáticos,
especialmente a los del sistema nervioso central, aunque en modo alguno solo a
ellos. El suceder anímico se encuentra siempre en el total complejo del suceder
BIOLÓGICO, es decir, del total suceder viviente corporal-anímico. Esto rige, asimismo,
como no puede menos, para la investigación psicológico-CRIMINAL: también esta
última ha de ser en todo caso, si es que pretende que se la reconozca carácter
científico, investigación BIOLÓGICO-criminal.