Descripción de la obra
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El Tribunal Supremo, consciente que un sistema que
no contiene disposiciones específicas sobre la responsabilidad por los daños
derivados da actividades peligrosas, ni por los deriva-dos de la circulación de
vehículos de motor, ni por los causados por las cosas, confiere una tutela
incompleta a la víctima de tales daños, ha consentido, cada vez con más
frecuencia y justificándose en el principio del riesgo, que se pase de la carga
de la prueba de la culpa de la víctima del daño a la carga de la prueba de la
diligencia del autor del daño.