Descripción de la obra
____________________________________________________________________
Proceso, autocomposición y autodefensa se nos
presentan como las tres posibles desembocaduras del litigio; pero ello no
quiere decir que se encuentren en el mismo plano, ni que presenten las mismas
ventajas, ni que necesariamente se repelan. La autodefensa, que combina la
parcialidad y el egoísmo, aparece desde el primer momento como una solución
deficiente y peligrosa en grado superlativo, y de ahí que, explica o
implícitamente, los ordenamientos jurídicos de los Estados merecedores de este
nombre la prohíban como regla, aunque la consientan en situaciones
excepcionales, y aun en ellas suele ser necesario un pro-ceso ulterior,
precisamente para declarar la licitud de la misma en el caso concreto. La
autocomposición, tenga lugar antes o después de surgido el proceso, parece a
primera vista, si no la mejor de las tres, sí una fórmula satisfactoria,
especialmente por su economía de costo; pero con frecuencia la espontaneidad
del sacrificio es sólo aparente, y en realidad envuelve una capitulación del
litigante de menor resistencia, e incluso cabe que la renuncia del propio
interés obedezca a una errónea representación del mismo por parte de su
titular, que le lleve a considerar su posición más desfavorables de lo que en
verdad es.