Descripción de la obra
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La tesis
de este libro, según la cual el menosprecio de la propiedad privada conduciría
a socavar el Derecho y el orden, se demostró en los años que siguieron a su
publicación. La nueva legislación social fue acompañada por un atemorizante
crecimiento de la criminalidad. Los disturbios amenazaron la Quinta República,
pusieron en duda la capacidad de supervivencia del régimen de Bonn y
permitieron que surgiera en los Estados Unidos de Norteamérica la pesadilla de
la guerra civil.
Los
atentados contra el presidente Kennedy, Martin Luther King y Robert F. Kennedy
recuerdan cruelmente los males, que trae consigo la falta de respeto por la
propiedad. Los que abogaron en favor de las reformas sociales fueron víctimas
del apoyo a las leyes conducentes a tal descrédito. Todos ellos fueron
asesinados por hombres en quienes el menosprecio de la propiedad privada se
amplió hasta incluir el de la vida humana: Oswald era comunista, Sirhan era
procomunista y Ray, un ladrón y salteador.
La
advertencia de John Adams, de la cual se ocupa este libro, ha demostrado
renovadamente su intemporalidad: “La propiedad es por cierto un derecho humano,
tan real como la libertad [...]. En el mismo momento en que se permite que
surja en la sociedad el pensamiento de que la propiedad no es tan sagrada como
las leyes de Dios, y de que no hay violación de la ley y de la justicia pública
cuando se vulnera la propiedad, comienzan la anarquía y la tiranía”.
La
presente edición no altera ni abrevia la original. Si bien va contra la
corriente, mi defensa de la propiedad no ha provocado una nueva crítica que yo
esperaba adversa desde los días de la Nueva Frontera y de la Gran Sociedad.