Si se hiciera una encuesta sobre el significado de la palabra Electrocatálisis se encontraría que el mismo es ignorado por la mayor parte de las personas, incluyendo aquellas que poseen una formación universitaria, y, en muchos casos, aun una educación científica. Pocos podrían adivinar que bajo un término aparentemente misterioso se ocultan las soluciones a numerosos problemas que constituyen caballos de batalla para el hombre actual. Esta afirmación no debe considerarse exagerada si se tiene en cuenta que las cuestiones que trata de resolver el estudio de la Electrocatálisis están relacionados con la conversión y almacenamiento de energía, con los problemas medioambientales, con el aprovechamiento razonable de materiales, sobre todo los de naturaleza metálica, con la duración de los mismos, y, en consecuencia, con el agotamiento de recursos naturales y de yacimientos minerales, y, finalmente, con la comprensión en profundidad de asuntos tan relevantes como aquellos que explican la transmisión del impulso nervioso y muscular, las interacciones neuronales y la acción de substancias mensajeras en el mundo biológico. También la comprensión de cómo se produce la combustión de alimentos en las células vivas o la respiración pasa por trayectorias mecanísticas dentro de las que están incluidas etapas de transferencias iónicas o electrónicas que permiten que los mismos se verifiquen. Asimismo, nuevas formas de producir y sintetizar substancias, utilizando procedimientos en los que intervienen electrocatalizadores, se encuentran entre las técnicas más prometedoras.