Realizar un estudio sobre política económica, en general, y sobre la política fiscal, en particular, desde la perspectiva de las distintas corrientes de pensamiento resulta bastante complicado como consecuencia de la diversidad de ellas, alguna de reciente aparición, pero que en cualquier caso han ido surgiendo dentro de nuestra disciplina durante los últimos cincuenta años. En efecto, tal y como señala el profesor A. Fernández Díaz, a diferencia de lo que ocurre en otras disciplinas, como la pintura, música, etc., "en la ciencia económica se acentúa cada vez más una estéril y perniciosa actitud desintegradora. Baste observar (...) que en las últimas décadas se ha ido avanzando entre las diferentes versiones del paradigma monetarista y el keynesiano impenitente y -con frecuencia- adulterado".