La fiscalidad ha sido uno de los temas que en los últimos años más ha preocupado a las fundaciones, a las asociaciones y al resto de las entidades no lucrativas que cumplen fines de interés general y, posiblemente, el que mayores críticas ha recibido de ellas y más vivos debates ha suscitado, especialmente por la incidencia sobre sus economías, al considerarla poco generosa y no incentivadora, pero además, entre otras causas, por la dispersión de normas, la ambigüedad de algunos de sus preceptos, la coexistencia de diferentes tipos y graduaciones de beneficios aplicables, el trato desfavorable que en determinados supuestos se producía en relación con las propias sociedades mercantiles y por los criterios que la Administración tributaria venía manteniendo en la aplicación de la normativa fiscal.