"...El análisis de las motivaciones que traían a la clínica psicopedagógica a los niños con problemas de aprendizaje nos evidenciaba la presencia de una articulación que ligaba significativamente el potencial intelectual afectado y la dramática inconsciente an la que el niño estaba comprometido. Pero tratar de elaborar una teoría de la práctica psicopedagógica resultó una empresa bastante engorrosa: la escisión que separa la intelección y el pensamiento simbólico separa aun más tajantemente a las instituciones que los representan, y ninguna temática común parece interesar a freudianos y piagetianos, que se desconocen y se desprecian mutuamente. Y sin embargo una teoría única del pensamiento concreto es necesaria a fin de describir las condiciones y circunstancias de aquella articulación..."