La contaminación es, por desgracia, una parte inevitable de nuestro mundo. En el peor de los casos puede dar lugar a consecuencias muy graves: las plantas y los animales van agotándose progresivamente hasta llegar a desaparecer. No obstante, tanto los ecosistemas como las distintas especies poseen una considerable capacidad de recuperación. Este libro trata de la capacidad de respuesta que presentan ciertas especies cometidas a evolución. La selección natural puede originar cambios genéticos sustanciales en las poblaciones, lo que permite a la especie tolerar un alto grado de contaminación. Este hecho interesa no sólo a los que trabajan con la contaminación, sino a cualquiera que se interese por el mecanismo evolutivo, ya que algunos de los mejores ejemplos de la evolución activa que poseemos hoy en día proceden precisamente del campo de la contaminación.