Los estudios sobre la regulación deservicios públicos han adquirido relevancia por las mejoras que la regulación puede introducir para promover la competencia entre prestadores y aumentar la eficiencia, con ganancias apreciables para los ciudadanos en el precio y calidad de los servicios recibidos. La obra analiza casos en ocho países latinoamericanos de diverso tamaño y grado de desarrollo y atiende a experiencias tanto precursoras como a otras que están en curso, evidenciando diferencias en la extensión e intensidad de los procesos, así como en las políticas públicas rectoras y sus herramientas. Los estudios se concentran en tres sectores de servicios por redes: electricidad, telecomunicaciones y agua. El análisis sugiere que el logro de los objetivos de la regulación requiere el desarrollo de competencias adecuadas en el sector público, diferentes a las tradicionales que se correspondían con una intensa actividad estadal en los mercados. Para ello, los entes estadales responsables -agencias reguladoras- deben estar en condiciones de superar diversos obstáculos institucionales que pueden afectar a su independencia y a su capacidad, como son los riesgos de captura que se expresan en las dimensiones tecnológica, económica, política y de información. Es evidente la necesidad de establecer y asegurar el cumplimiento de reglas que permitan defender el interés público comprometido, y, si bien su concresión es compleja, se ve facilitada por la experiencia acumulada que la obra contribuye a difundir.