Al contemplar hoy en día nuestras ciudades, somos conscientes de que debemos redoblar nuestros esfuerzos por adoptarlas a las nuevas necesidades, y sensibilidades. Sin embargo, también hay que resaltar el gran avance alcanzado por nuestro país durante las últimas décadas, que nos permite ocupar ya un lugar destacado entre los países más avanzados. Hemos de reconocer por otra parte, que el nivel de desarrollo actual no sólo ha exigido un alto grado de esfuerzo por parte de todos, sino que nos obliga a sufragar "costos externos" asociables entre otros a los impactos sociales o medioambientales, que hasta hace relativamente poco, no eran ni evidentes ni contabilizables.