El autor nos introduce en la historia de la evolución de esta institución, desde el mundo romano hasta la actualidad, analizando las figuras delictivas a que ha dado lugar la consideración de la religión como bien jurídico protegido, tales como la blasfemia, el escarnio, la profanación, etc., hasta la regulación actual de estos delitos, considerados ya, desde otra perspectiva, no como delitos de religión sino como delitos contra los sentimientos religiosos, es decir, desde la vertiente de la garantía individual, tal y como los regula el vigente Código Penal español de 1995, bajo la rúbrica "De los delitos contra la libertad de conciencia, los sentimientos religiosos y el respeto de los difuntos".