Nuestro tiempo está signado por la hegemonía cultural de la tecnociencia. Advertir esto es una empresa filosófica: difícilmente nos percatamos de lo más cercano a nosotros por más problemático que sea, por más preguntas que suscite. Ciencia y tecnología son hoy mercancías más valiosas. Nunca como hasta ahora ha sido más cierto eso de “saber es poder” y nunca tan grande la desigualdad entre individuos y naciones en virtud de este poder. La “cultura tecnocientífica”, en la que desde distintos lugares y a disímiles distancias estamos insertos, parece una trama compleja en donde la política, la economía y el saber despliegan un juego singular y de relaciones múltiples. Crear un espacio de reflexión crítica en torno a la función que le cabe a la tecnociencia dentro del marco, incierto aún, del porvenir humano, es el propósito de este libro.