Los tiempos modernos exigen al joven profesional adaptarse a las nuevas formas que la atención de la salud mental adopta frente a las contingencias económicas y socioculturales del nuevo milenio. El desafío es insertarse en el espectro de la asistencia, tanto pública como privada, sin perder los principios éticos que desde siempre orientaron al psicoanálisis como experiencias que sólo se puede capatar llevándola a cabo. Resistida en lo más íntimo por la cultura, al no tener el respaldo de una tradición científica, y donde aceptada de todo corre el riesgo de perder su esencia. Su único reglamento: el estatuto intransferible de su clínica. La enseñanza y la transmisión permiten una vez más, sin prejuicio de las anticipaciones, tomar lo que esta época sabe traer de distinto, localizando lo que permanece desde siempre: la verdad en su dirección a un saber. la experiencia singular de las pasantías en la Facultad lleva esta impronta. La fuerza de sus juventud asegura porvenir.