Descripción de la obra
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El cubilote permanece hoy en día como el horno de fusión más utilizado en la elaboración de fundiciones. Se trata de un horno de diseño sencillo, de fácil y económico mantenimiento. Trabaja con combustible sólido, el coque, el cual no presenta problemas en su almacenamiento, aunque se recomienda hacerlo bajo techo. El diseño de cubilote se ha modificado poco en relación con su aspecto, desde su aparición oficial en la cámara de los Lores en 1972. En cambio sus dimensiones, en especial la altura, ha variado ostensiblemente. Las alturas que alcanzaban 0.50 metros al comienzo, llegaron a valores de dos metros a fines del siglo XVIII, para finalizar rápidamente en las dimensiones actuales. Numerosas investigaciones hechas en el mundo han logrado explicar el proceso de fusión en el cubilote, en especial las realizadas en Francia y Alemania con la aparición del cubilote de viento caliente o cubilote metalúrgico, en la década de los años cincuenta. Posteriormente en la década de los setenta, con la crisis energética, se presentó la necesidad de replantear el problema del consumo de energía en la operación del horno. Una operación en condiciones eficientes, acorde con un mercado de mayor exigencia en productividad y costo se hacía imprescindible. Al tener la crisis un origen energético, uno de los parámetros que requirió mayor atención en las investigaciones fue el relacionado con el aspecto térmico.