La hipótesis central de este ensayo es que América Latina puede mirarse genuinamente como lugar "relacional" dentro de un continuo, y que su especificidad radica en su capacidad "general" para construir hibridaciones y "contrapunteos" sobre esa trama relacional, en un vaivén constante, desde los "límites", entre "universalidad" y "resistencia". Para explicar la dinámica latinoamericana a partir de estos conceptos, el autor realiza una precisión a ultranza de ellos desde dos pilares del conocimiento, la lógica contemporánea y la arquitectónica pragmática peirceana.