Las bondades indiscutibles del sistema democrático (elecciones libres y periódicas, equilibrio de poderes, Estado de derecho) se encuantran problematizadas en su funcionamiento práctico por la propia estructura tecnoburocrática de las actuales sociedades de masas. Dada esta situación, el autor de este libro plantea que sólo mediante una efectiva autoorganización y politización de la sociedad civil, se podrá garantizar el ejercicio pleno de la autodeterminación política y el respeto a las libertades en general. Únicamente a través de la democratización de instituciones fundamentales como la familia, la escuela, el barrio y los partidos políticos, y de la participación activa y "desde abajo" del conjunto social, será posible modificar las tradicionales formas del porder vertical-autoritario. El onjetivo primordial no es la desaparición sino la socialización del poder. Es decir, la manifestación de un poder horizontal, sin dominio, que conduzca a la gestación de una nueva cultura y subjetividad políticas como expresiones de la democracia alternativa.