¿Puede la computadora cambiar el universo mental de los niños? ¿Entraña Internet peligros desconocidos? La respuesta a éstos y otros interrogantes en una obra cuyo autor refuta prejuicios con argumentos teóricos basados en sus reconocidas investigaciones sobre los procesos de elaboración, comunicación y aprendizaje del conocimiento en relación con el uso de las nuevas tecnologías. Muestra cómo, a diferencia de la televisión, la computadora es una herramienta interactiva que exige ejercicios motores y cognoscitivos y promueve nuevas formas de socialización. Así logra explicar de manera accesible y profunda cómo los juegos, el hipertexto o la realidad virtual estimulan la habilidad en la coordinación sensomotriz, la capacidad de inventar e imaginar, y la práctica de razonar y deducir de modo lógico y coherente.