En medio siglo de existencia, la televisión se ha convertido en la referencia dominante en la comunicación internacional y en la principal fuente de influencia en las actitudes sociales y culturales de las sociedades contemporáneas. En los últimos años, la lucha por la audiencia y los procesos de desregulación han transformado las estrategias de las empresas audiovisuales e influido en los contenidos de las programaciones, que se han deslizado peligrosamente hacia vertientes en las que que predominan los géneros que ensalzan, entre otros componentes, la manipulación de la información, el morbo, la violencia y el sexo como ingredientes principales. Este libro nos acerca a los orígenes históricos de estas tendencias y trata de profundizar en aquellos aspectos sociológicos que han contribuido a que las cadenas de televisión de todo el mundo se ocupen más de la realidad como espectáculo que de ofrecer un servicio público a sus telespectadores.