Los datos que aquí presentamos son el resultado del trabajo de un número de personas extremadamente inteligentes, altamente motivadas y socialmente comprometidas, que han contribuido a todos los niveles. El proyecto no podría haber tenido éxito sin su ayuda y su esfuerzo. A medida que trabajábamos juntos hora tras hora, llegamos a conocernos muy bien, y lo que aquí se presenta es tanto suyo como mío. En los primeros años conté con la ayuda de varios estudiantes que posteriormente han obtenido el doctorado. Estoy particularmente agradecido por su contribución a los doctores John Berberich, Lorraine Freitas, Bijan Guilani, Irene Kassorla, Joan Meisel, Edward Nelson, Bernard Perloff y Benson Schaeffer. A medida que los programas de lenguaje se desarrollaron y tuvimos la oportunidad de investigar aspectos más analíticos del proceso de adquisición, conté con la valiosa cooperación de la señora Meredith Gibbs y de los doctores Robert Koegel, Buddy Newsom y Laura Schreibman. Quizá la ayuda más decisiva fue la que me prestó la doctora Judith Stevens-Long al organizar los datos sobre el lenguaje espontáneo y al relacionar nuestros datos con los del desarrollo del lenguaje en el niño normal.