Descripción de la obra
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El autismo es tan antiguo como la historia misma; siempre han existido niños con conductas de difícil explicación, niños que están sumidos en sí mismos. El antecedente cercano más citado data de 1800 cuando fue encontrado un niño abandonado en el bosque de Aveyron (Francia), conocido como el “niño salvaje”, aunque fue calificado de “idiotismo incurable” y como deficiente mental, todo indica que mostraba conductas de contenido autista. En 1906, DeSanctis describe las características de dos niños que daban señales de regresión maduracional, expresión facial y motricidad estereotipada. Los clasificaba como demencia precoz.
Rutter ha demostrado que el autismo es un trastorno cognitivo que implica procesos de percepción, atención, memoria y pensamiento y que la mayo-ría padecen, además, deficiencia mental, discrepa de Kanner en cuanto el autismo como un trastorno de contacto afectivo; también ha sostenido que las alteraciones sociales no pueden explicar todos los síntomas. Los problemas de lenguaje no son sino un aspecto parcial de una incapacidad más general para usar símbolos y signos, incapacidad que se refiere a un déficit en la codificación.
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