Descripción de la obra
____________________________________________________________________
No
puedo esperar convenceros de mucho en poco tiempo, pero os demostraré que la
miseria es un crimen. No digo que sea un crimen el ser pobre. Asesinar es un
crimen, pero no es un crimen ser asesinado, y al hombre que está en la miseria
no lo considero tanto como un criminal, cuanto como víctima del crimen de que
otros, acaso lo mismo que él, son responsables. Que la miseria es un mal, el
más acerbo de los males, todos lo sabemos. Carlyle tenía razón al decir que el
infierno que más espanta a los ingleses es el infierno de la miseria, y esto es
verdad no solo de los ingleses, sino de los pobladores de todo el mundo
civilizado, sea cual fuere su nacionalidad. Por escapar a este infierno
forcejeamos, disputamos y luchamos, y con frecuencia, por una ciega costumbre,
trabajamos mucho tiempo después que la necesidad de trabajar ha desaparecido.
¿Qué cosa más antinatural que esta? Nada hay en la Naturaleza semejante a esta
miseria que hoy nos aflige. Vemos en la Naturaleza la rapiña; vemos unas
especies destruyendo u otras; pero por regla general los animales no se comen a
los de su propia especie; y donde quiera que vemos a una especie disfrutando
abundancia, todos los individuos de esa especie participan de ella. Ningún
hombre, creo, ha visto una manada de búfalos de los cuales unos pocos
estuvieran gordos y la gran mayoría escuálidos. Ningún hombre ha visto jamás
una bandada de pájaros, de los cuales dos o tres rezumaran grasa y los otros
estuvieran en la piel y los huesos. Ni en la vida salvaje hay nada semejante a esta miseria que gangrena nuestra
civilización.