“A las familias reconstituidas o ensambladas se puede llegar desde distintos modelos familiares, cuando uno o ambos miembros de la pareja, tras la ruptura de un matrimonio anterior, o de una unión de hecho anterior, deciden rehacer su vida sentimental y formar una pareja basada, bien en un proyecto de vida, sustentado en el matrimonio, ya sea este entre personas de distinto o igual sexo o en la unión de hecho hetero u homoafectiva. En ese proyecto de vida se incluye una convivencia afectiva bajo un mismo techo al que se traen los hijos de matrimonios o uniones de hecho previas, o incluso se procrean hijos en común, o por voluntad procreacional vienen al mundo hijos legalmente comunes. En estas redes o relaciones juega un papel fundamental la manera en la que se organizan los roles, tanto de la madre o del padre que tiene a su cargo la guarda de los niños, niñas y adolescentes, de la madre o el padre afín, con el que se comparte la vida, como también de la madre o el padre que no ostenta la guarda y cuidado. En todo caso, no se trata de sustituir los roles de los padres y madres legales, ya sean biológicos o no, sino de fomentar la idea de complementariedad. No se reemplazan afectos en la vida de los niños, niñas y adolescentes, sino se adicionan otros a los ya existentes. Los padres y madres afines complementan la vida cotidiana de los hijos, en beneficio de estos. No se trata de una yuxtaposición de sumandos que tiene un resultado fijo, sino de una forma familiar compleja con piezas que se necesitan armonizar”.

Leonardo B. PÉREZ GALLARDO (Proemio)