Descripción de la obra
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Edwin H. Sutherland es una figura clave en la
Criminología contemporánea y referencia obligada para todo estudioso de
Criminología, de criminalidad económica y del conflicto cultural. Entre las
aportaciones fundamentales tratadas en esta monografía destacan el concepto y
explicación del delito de cuello blanco, su teoría de la asociación diferencial
como modelo del aprendizaje y del conflicto cultural –esto es, en sus dos
versiones–, su rechazo de la explicación del delito a través de la pobreza, su
propuesta de patrones y procesos delictivos y su contribución al elemento
oportunidad en Criminología. Todo ello es plenamente relevante para la
Criminología de habla hispana, frente a la pretensión de crear una Criminología
particular para España y/o América Latina.
El delito de cuello blanco es uno de los conceptos
más conocidos en las ciencias criminales, aunque al mismo tiempo resulta algo
vago. Sutherland también es famoso por su trabajo sobre el ladrón profesional.
Otra iniciativa importante que trata de integrar teorías generales y tipologías
es la de sistemas de comportamiento, que capitaliza la idea de que el delito es
un fenómeno muy heterogéneo que incluye muchos actos que tienen muy poco en
común salvo que son violaciones de la ley. Su definición de Criminología a
partir de sus funciones siguen siendo la más aceptada. Uno de los aspectos más
ricos de su pensamiento son los ensayos por definir y encajar la idea de
conflicto social en la causación del delito y en el marco de la teoría de la
asociación diferencial. Igualmente, Sutherland es clave para la superación de
los enfoques de factores de riesgo: la construcción de teorías viene
determinada por su reconocimiento de que el delito puede estar causado por
múltiples factores, motivo por el cual es imprescindible una teoría que ponga
un cierto orden y destaque cuáles son los factores relevantes, normalmente de
naturaleza abstracta. En un mundo como el actual en el que infinidad de
investigaciones se publican casi a diario es particularmente relevante la idea
de un Tratado como organización del conocimiento, algo que se echa en falta
cada vez más. Sutherland presta atención a variables sociodemográficas, estructura
social, condiciones físicas y mentales, etc. que pueden clasificarse como
patrones y procesos delictivos; pero al hacerlo de modo algo desdibujado, se
impone una reconstrucción Durkheim. Por último, la contribución de Sutherland a
la idea de oportunidad en Criminología es revisada en el último capítulo.
Sutherland planteó algunos temas fundamentales sobre
el delito, ensayó posibles respuestas a veces de modo iterativo y propuso una
Criminología crítica con sus fundamentos y con la sociedad en que se desarrolla.
Su obra está basada en la reflexión y el esfuerzo; es pionera y exploradora de
nuevos territorios teóricos y conceptuales; e inspiradora. Conserva su
actualidad en algunos puntos, ha contribuido al acervo criminológico
contemporáneo en otros y ofrece herramientas útiles para su importante misión.
En contraste con la actual, la de Sutherland es una Criminología en profundidad
que, como las grandes creaciones humanas, pretende desafiar al tiempo.