Descripción de la obra
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A juzgar por las críticas que privadamente hemos
recibido, los civilistas han pensado que cometimos un error al afirmar que los
“grandes comentadores” del Código de Napoleón, forman una Escuela claramente
caracterizada. Ello demuestra que alcanzamos el fin perseguido, pues nos
propusimos demostrar que la ciencia del Derecho civil, a semejanza de la Filosofía, de la Economía política y de la Literatura, tenía sus
Escuelas; que en ciertas épocas es atravesada por corrientes contrarias; y, en
fin, que la vida jurídica es un aspecto de la vida social y de la intelectual
en general. Solo que hubiéramos preferido que tales críticas, en vez de hacerse
por correspondencia privada, hubiesen sido públicas, pues así habríamos tenido
ocasión de precisar y justificar nuestra manera de pensar, con aquellos
documentos que no insertamos en este estudio por no permitirlo sus límites.
Acéptese o no, en el siglo XIX hubo una gran Escuela en la ciencia del Derecho
civil que ocupa la Historia
de nuestra disciplina duran-te este período: La Escuela de la Exégesis. Las citas
de las obras de los juristas más célebres que presentamos como paladines de esa
Escuela lo demuestran completamente; en esas obras hallamos un concepto común y
una convicción idéntica de su correcto fundamento. Esperamos que únicamente con
esas citas, y sin recurrir a otras, se nos demuestre que nuestra tesis no es
exacta.