Posiblemente sea la policía de seguridad una de las más destacadas y expresivas manifestaciones del ejercicio del poder público en la medida en que viene a emblematizar netamente la vertiente coactiva del mismo, coacción tan ajena a las disponibilidades del ciudadano ordinario. Cualquier aproximación a lo policial que no tenga en cuenta esta dato básico va a reusltar desenfocada o, cuando menos, incompleta. Sin embargo, no hay que perder de vista que, pese a la intensidad sustancial en el punto de partida, no todas las policías son iguales, pues es perfectamente pausible distinguir en función de los medios y de los fines: no es lo mismo, así, hablar de la policiá del autoritarismo que de la policía del régimen de libertades públicas; no es parangonabe la policía de las dictaduras a las policías de las democracias. El entorno político en el que el poder y la coacción se ejercen resulta decisivo y ha de ser tenido muy en cuenta a la hora de realizar la operación clave de diseñar su régimen jurídico. En España esa parte de una situación de reconocimiento expreso de las libertades públicas, articulándose también en conjuento aceptable de garantías; de esta constatación ha de arrancarse si se pretende exponer el régimen jurídico de nuestra policía de seguridad pues éste va a encontrar su quicio fundamental en la tutela, constitucionalmente exigida, de los derechos y libertades de los ciudadanos. Tal es uno de los argumentos básicos de esta obra en la que además se intenta ofrecer una visión global de algunos de los más importantes problemas que suscita la temática policial, sobre todo desde el punto de vista jurídico-administrativo, aunque no exclusivamente.