Descripción de la obra
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Las flores que actualmente aún podemos admirar en nuestros campos y prados son el resultado del influjo ejercido por el hombre a lo largo de milenios sobre el paisaje natural, convertido paulatinamente en "superficie de explotación". La mayor parte de nuestros prados se han convertido, mediante los abonos artificiales, en pastos y campos de siega en los que el número de flores que en ellos podemos encontrar es relativamente pequeño. Se trata preferentemente de especies que han sabido adaptarse a las nuevas circunstancias. Tan sólo en los páreamos calcáreos y en terrenos pantanosos encontramos campos de flores en número y variedad casi igual que hace 30 años. En la presente Guía ofrecemos al lector las fanerógamas más hermosas y frecuentes de los prados y campos naturales y de los "prados de cultivo". La clasificación se ha hecho con fotografías del natural y una breve reseña de datos importantes y de fácil comprensión. Se han excluido las flores propias y tampoco figuran las propias de tierras de labor o cenagosas que por sus especiales características de crecimiento no pertenecen a lo que entendemos por flores del campo propiamente dichas.