Quienes van a introducirse en el estudio de la Biología tropezarán, además de la dificultad propia de esta materia, con otra: la terminología. Ocurre, en efecto, que el léxico biológico es amplísimo, muy rico y variado, y altamente técnico. Pero este hecho, que podría complicar bastante los estudios, tiene una clave simplificadora: las etimologías que constituyen la base de la terminología. Sabido es que la mayoría de las palabras propias de la biología proceden del griego: con lo cual quien conozca el significado de sus raíces fundamentales podrá fácilmente comprender y utilizar los términos científicos.