Dos ciudadanos comprometidos, de intachable talante moral, Hans Kung y Walter Jena, reflexionan en voz alta sobre uno de los tabúes mejor guardados de nuestra civilización: la muerte o , mejor dicho, la forma de morir. En una apelación al mismo tiempo apasionada y serena, personal y objetiva, los autores se dirigen a políticos y juristas, médicos y teólogos - incluso a los poetas - para exigirles una reflexión nueva y seria, un debate público sobre el derecho del hombre a no sólo vivir sono también a morir de una forma humanamente digna, que abra caminos para posibilitar y descriminalizar una ayuda a morir responsable.