En el interior del espacio de la sesión analítica, espcaio de transformación, existe un intervalo dentro del cual la realción entre la fuente , la pulsión y el fantasma, entre la voz y las representaciones verbales, entre las inervaciones orgánicas y el actuar, merece ser interrogada. Intervalo hecho de palabras; ruidos, sonidos, gestos, imágenes que dan razón de lo ausente que no llega a refigurarse sino a través del silencio de las palabras, hacer que la palabra advenga en el discurso Global , allí donde no hay más que una huella o una m,arca, requiere pues, de una actividad que se perfila a través de registros discursivos diferentes. Es por medio de las trazas que se representan en el espacio tendido que se produce entre escucha y mirada como el paciente podrá nombrar lo que hasta entonces no podía existir sino como un mutismo obstinado.